miércoles, 31 de julio de 2013

Declaración de Amor

“No sé si sientes lo mismo pero me gustaría saberlo, por eso quiero expresarte lo que dentro mío está surgiendo. Sé que hay cuerpos esbeltos, esculturales, atléticos… pero al verte puedo decir que eres absolutamente perfecto.
Amo cada célula de tu cuerpo, cada centímetro de tu alma, cada sonrisa que me diriges y cada mirada. Cómo hacer para explicarte? Amo tus chistes, tus manos, tu cabello y el sonido de tu vos. Como huele tu piel y tus besos son mi perdición. Amo cada minuto que estuvimos juntos porque mi historia está escrita con los momentos más sublimes a tu lado y me entusiasman las experiencias aun no vividas en mi futuro cercano.
Cómo puedo explicártelo? Es que te amo! Y no me importan unos kilos de más o de menos, no me importa el color o largo de tu pelo, la ropa que vistes o los zapatos que llevas puestos. Nada puede cambiarlo, es una imagen que se volvió concepto: te amo! Y nada, nada puede modificarlo. Amo lo que representas, el modo en que te expresas, el cariño que trasmites, la dulzura de tu alma; la transparencia de tus gestos y el modo en que tratas. No cabe en mi cabeza una idea más certera: tu belleza resplandece y tu amor me libera!”


sábado, 29 de junio de 2013

Conectar y conectarnos

A menudo creemos saber de qué se trata… otras veces, o la mayoría de ellas, nos percatamos de que la vida es un absoluto misterio. Un camino donde, de vez en cuando, vislumbramos un claro el cual indica: “Si! es por acá…”
Transitar por la vida sin detener a preguntarnos hacia dónde vamos, es una forma un tanto pobre de vivir. Un momento de reflexión puede brindarnos la posibilidad de percibir algún significado acerca de “todo esto” que llamamos vida.
Muchas veces nuestra existencia se convierte en una carrera, compitiendo contra otros o tal vez contra nosotros mismos. Pero si la vida fuese una cerrera sería bueno, o al menos prudente, preguntarse: hacia donde?, en qué sentido o dirección? Y allí pueden aparecer respuestas que nos satisfagan y también aquellas otras que realmente nos incomoden: ganar más, tener más, o ser más y mejor… Llegar a un lugar que no sé ni cómo se llama, ni qué aspecto tiene porque es verdaderamente inalcanzable!
Y si, quizás, la respuesta se resume en: “Todo lo que hago, lo hago porque quiero ser cada día un poquito más feliz”, tal vez allí también tenemos un dilema, ya que, aun que suene cursi o cliché, la Felicidad no se alcanza sino en el viaje mismo! Por ende, en el camino. A veces ésto es sólo perceptible en situaciones límites o de gran lucidez, pero si éstos momentos aparecen al menos de vez en cuando, entonces vale la pena vivir! Porque es allí donde podemos conectar y conectarnos, con nosotros mismo, con los demás, con los amados y con cada regalo inigualable de un instante.


Reflexión final: amemos más, abracemos más, besemos más!

sábado, 18 de mayo de 2013

Tiempo de reflexión, tiempo de calidad…


A veces solemos estar absortos, sumergidos en la rutina que apenas si nos deja palpar los pequeños logros alcanzados… tanto es así que al cabo de haber culminado con aquello que tanto anhelábamos, nos embarcamos en un nuevo viaje cargados de la expectativa e incertidumbre que guarda siempre un nuevo proyecto. Por supuesto que ésto es parte natural de la naturaleza humana, siempre deseante de nuevos desafíos, de nuevos logros. Pero si tan sólo podríamos, por un breve instaste, reflexionar y disfrutar de aquello que tenemos en nuestras manos… ¡Que felices seríamos! Y esto aplicado a los pequeños detalles que conforman nuestra existencia diaria, a cada pedacito del día en el cual obtuvimos mediante nuestro esfuerzo y empeño aquello que, por minúsculo que sea, nos permite, por ejemplo: llevar el alimento a nuestra casa. Mucho más aún aplicado a los grandes logros alcanzados con sudor y lágrimas!! Si esto no forma parte de nuestro ejercicio psicológico diario, más nunca obtendremos la tan anhelada satisfacción personal! Ya que nunca nos sentiremos satisfechos con nada, dado que en el mismo instante en que lo obtuvimos, ya se desintegra en nuestras manos para dar lugar a “aquello otro” que ahora anhelamos con más fuerza. Y esto no significa no tener sueños o aspiraciones de superación, no! Muy por el contrario significa: Valorar, asignarle el valor correspondiente, a aquello que la vida nos da la posibilidad de poseer, de palpar. Y hacerlo con gran alegría sabiendo que, por supuesto aquel sentimiento no puede durar para siempre, pero lo que perdurará es el dulzor en nuestro recuerdo, las marcas de las sonrisas en nuestros rostros y la sensación absolutamente placentera de disfrute y sentido de la propia vida! Intentemos ponerlo en práctica, sabiendo que también las actitudes se contagian, se transmiten y se heredan socialmente.